Ingredientes, dips y salsas – Garde Manger – Cuencos pequeños y salseras – Cerámica polaca

En la cocina fría del garde-manger, los pequeños cuencos y salseras de cerámica polaca son elementos esenciales. Permiten presentar con elegancia salsas frías, dips cremosos, antipasti marinados y guarniciones refinadas, tanto en un buffet como en porciones individuales.

Disponibles en forma ovalada, redonda o cuadrada, aportan variedad y estética a la presentación. El esmaltado de alta calidad no solo es bonito, sino también higiénico y fácil de limpiar, algo imprescindible en la hostelería profesional.

La base de muchas salsas frías es la mayonesa, punto de partida para infinitas variaciones, desde suaves y cremosas hasta intensas y picantes, perfectas para acompañar carnes, pescados, verduras y huevos.

Receta básica de mayonesa (aprox. 250 ml)

Ingredientes:

• 2 yemas de huevo frescas

• 200 ml de aceite vegetal neutro (colza o girasol)

• 1 cucharadita de mostaza Dijon

• 1 cucharada de vinagre de vino blanco o zumo de limón

• Sal y pimienta blanca al gusto

Preparación:

1. Batir las yemas con la mostaza hasta obtener una mezcla cremosa.

2. Añadir el aceite primero gota a gota y luego en hilo fino, sin dejar de batir, hasta emulsionar.

3. Sazonar con vinagre o zumo de limón, sal y pimienta.

10 variaciones a partir de mayonesa

1. Salsa ravigote

   • Pepinillos en vinagre picados, alcaparras, perejil, cebollino, zumo de limón

2. Alioli

   • 2–3 dientes de ajo prensados

3. Mayonesa al curry

   • Curry en polvo, chutney de mango

4. Salsa tártara

   • Chalota, perejil, alcaparras, estragón

5. Mayonesa picante

   • Salsa sriracha o pasta de chile

6. Mayonesa de hierbas

   • Eneldo, cebollino, perejil, perifollo

7. Mayonesa de limón y eneldo

   • Ralladura de limón, eneldo fresco

8. Mayonesa de trufa

   • Aceite de trufa o trufa finamente picada

9. Mayonesa con wasabi

   • Pasta de wasabi

10. Mayonesa de pimentón ahumado

    • Pimentón ahumado, zumo de limón

 Consejo:
En cerámica polaca, estas salsas lucen especialmente apetitosas: incluso un simple alioli o una tártara ganan protagonismo cuando se sirven en un cuenco artesanal pintado a mano.